A José González lo conocí gracias a unos noruegos que estaban de paso en casa de abuela. Habían estado en el sur pero los desvalijaron y debieron pedir ayuda ...
Yo les hablaba en un inglés en desuso y ellos parecían entenderme. Hablamos de su visita a Argentina, de los sabores y sinsabores del viaje. Después de varias muletillas, hablamos de música. Y ahí fue cuando el noruego simpático de nombre impronunciable me habló de dos músicos. Como no había papel por ningún lado, arranqué del almanaque al Sábado 27 de Enero y escribí al dorso lo que el extranjero me deletreaba con suma paciencia: D-e-v-e-n-d-r-a B-a-n-h-a-r-t y después le siguió, el mismísimo González.
I thanked him for his recommendation. Doblé el papelito y lo metí en el bolsillo.